Economista chileno hizo un estudio para cuantificar la impuntualidad en el sector público y en el privado.
Por Natalia Heusser H.
“Había mucho taco”, “se me hizo tarde”, “estaba haciendo trámites” y “quedé en panne”. Estas son algunas de las excusas más comunes cuando los chilenos llegan atrasados al trabajo, aunque hay algunos que incluso apelan a enfermedades familiares. “Si son cuentos se descubren fácilmente y es peor cuando se enredan. Dicen que las mentiras tienen patas cortas y al final todo se sabe” explica La Hora el ingeniero civil y economista Eduardo Durán.
Después de haber sido funcionario público y que se colmara su paciencia luego de haber esperado una hora a un compañero de oficina para comenzar una reunión, decidió hacer un estudio y una encuesta a 280 personas para valorizar la impuntualidad en las empresas.
“Es sin dudas un pésimo hábito que es muy frecuente entre los chilenos, que nos consideramos los ingleses de Latinoamérica. Cuando llegas atrasado le robas al otro su recurso limitado más valioso, su tiempo. Una persona puntual transmite confianza, compromiso”, señala.
A modo de ejemplo tomó una reunión de cinco personas del sector público, donde dos de ellas poseen cargos directivos (con sueldo promedio de $1 millón 700 mil cada uno) y tres son técnicos con conocimientos específicos (con sueldos de $800 mil cada uno).
Para hacer el cálculo se toma en cuenta las horas mensuales que trabajan estas personas, las que llegan a 176.
Luego se suman todos los sueldos y los divide por las horas mensuales. Entonces el costo de una hora de atraso, en términos de remuneraciones, es de $32.955.
En el sector privado, en tanto, esta cifra asciende a $48.864, tomando en cuenta la misma cantidad de participantes en la reunión, pero con sueldos directivos de $2 millones 500 mil y sueldos técnicos de 1 millón 200 mil.
“A lo anterior hay que agregar la parte proporcional del costo de las leyes sociales, de los bonos, etc. Y en el caso de que las reuniones tengan más participantes, o existan más reuniones dentro de la organización, el costo de la impuntualidad se multiplicará llegando a los millones de pesos perdidos para la organización”, dice Durán.
Agregó que si hay dos reuniones dentro de la organización, con cuatro representantes de la gerencia, y seis funcionarios intermedios, la pérdida económica por una hora de atraso aumenta a $195.455, en el sector privado. Y en público sería de $131.818.
Para finalizar, Durán se defiende diciendo que su investigación no pretende defender a las empresas. “En general al chileno le gusta trabajar y no perder el tiempo, así que esto es más por los trabajadores”, señala.
Recuadro :
-48 mil pesos pierde una empresa por un trabajador que llega tarde a una reunión.
Después de haber sido funcionario público y que se colmara su paciencia luego de haber esperado una hora a un compañero de oficina para comenzar una reunión, decidió hacer un estudio y una encuesta a 280 personas para valorizar la impuntualidad en las empresas.
“Es sin dudas un pésimo hábito que es muy frecuente entre los chilenos, que nos consideramos los ingleses de Latinoamérica. Cuando llegas atrasado le robas al otro su recurso limitado más valioso, su tiempo. Una persona puntual transmite confianza, compromiso”, señala.
A modo de ejemplo tomó una reunión de cinco personas del sector público, donde dos de ellas poseen cargos directivos (con sueldo promedio de $1 millón 700 mil cada uno) y tres son técnicos con conocimientos específicos (con sueldos de $800 mil cada uno).
Para hacer el cálculo se toma en cuenta las horas mensuales que trabajan estas personas, las que llegan a 176.
Luego se suman todos los sueldos y los divide por las horas mensuales. Entonces el costo de una hora de atraso, en términos de remuneraciones, es de $32.955.
En el sector privado, en tanto, esta cifra asciende a $48.864, tomando en cuenta la misma cantidad de participantes en la reunión, pero con sueldos directivos de $2 millones 500 mil y sueldos técnicos de 1 millón 200 mil.
“A lo anterior hay que agregar la parte proporcional del costo de las leyes sociales, de los bonos, etc. Y en el caso de que las reuniones tengan más participantes, o existan más reuniones dentro de la organización, el costo de la impuntualidad se multiplicará llegando a los millones de pesos perdidos para la organización”, dice Durán.
Agregó que si hay dos reuniones dentro de la organización, con cuatro representantes de la gerencia, y seis funcionarios intermedios, la pérdida económica por una hora de atraso aumenta a $195.455, en el sector privado. Y en público sería de $131.818.
Para finalizar, Durán se defiende diciendo que su investigación no pretende defender a las empresas. “En general al chileno le gusta trabajar y no perder el tiempo, así que esto es más por los trabajadores”, señala.
Recuadro :
-48 mil pesos pierde una empresa por un trabajador que llega tarde a una reunión.
-33 mil pesos pierde el sector público, por una persona que llega tarde a una reunión.
-131 mil pesos cuesta una hora de atraso en dos reuniones semanales.
-Las impuntualidades también afectan en otras áreas de trabajo
Durán explicó que el área de la medicina también se ve afectada por las impuntualidades. “El médico presupuesta atender ocho pacientes diarios, si dos se atrasan, ya no atenderá a los ocho, sino a seis. Por lo tanto, el médico que tiene internalizado sus honorarios diarios, subirá el valor de la consulta para mantener su nivel de renta. Las consultas podrían aumentar en un 20%”, indica.
Durán explicó que el área de la medicina también se ve afectada por las impuntualidades. “El médico presupuesta atender ocho pacientes diarios, si dos se atrasan, ya no atenderá a los ocho, sino a seis. Por lo tanto, el médico que tiene internalizado sus honorarios diarios, subirá el valor de la consulta para mantener su nivel de renta. Las consultas podrían aumentar en un 20%”, indica.
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